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Autor: xamal

 
 
 
 

CARLOS

  Era ya casi entrada la noche cuando tú y yo finalmente salíamos de una pesada guardia del Centro Médico en el cual realizábamos nuestra rotación médica; nos consolaba el hecho que ya estábamos en el 3er año de la especialidad médica que cursábamos. Cansados salimos en tu auto del Centro Médico para dirigirnos al depa que estabas rentando, con la idea de descansar un poco y regresar al Centro Médico por la mañana, paramos en una tienda de autoservicio llamado oxxo que quedaba en camino y decidimos comprar un cartón de cerveza “Indio” para tomarnos unas chelas antes de echarnos la pestaña. Llegamos a tu depa y empezamos a chelear, y ya con las chelas encima, empezaste a ponerte un poco tristón y melancólico porque hacía unas 3 semanas te había cachado tu novia Alexa con una chava (bisne) que traías y se habían enojado cañón y te había mandado a la verga (así lo expresaste) y desde entonces no te hablaba y para amolarla por causa de la rotación tenías rato que “no cogías” y te sentías un poco desesperado y andabas “súper caliente”, traías un “calentón” de miedo, y al tiempo que lo decías te agarrabas sugestivamente el paquete y te mordías el labio inferior mirando fijamente hacia la pared como imaginando y deseando apasionadamente “coger”, inconscientemente te brotaba el deseo por la piel y la mirada. Para cuando nos acabamos el cartón, decidiste tomar un baño para ver si se te “bajaba”, metiéndote a bañar. Yo mientras tanto, al entrar tú al baño, me recosté en una de las camas del depa; ya tenía un calentón de los mil demonios que se desató al ver agarrarte “ricamente” el paquete, y cerrando los ojos me puse a imaginar el momento en que te desvestías y lentamente dejabas caer tu ropa al suelo, apareciendo tu bronceada piel desnuda, mientras escuchaba el agua de la regadera caer y asimismo intentaba imaginar cómo sería tu cuerpo desnudo, imaginaba tus fuertes brazos, tu gruesa espalda, unos macizos glúteos y una incipiente barriguita que habías ganado en estos años de residencia; te imaginaba enjabonar cada parte de tu cuerpo, imaginaba que te enjabonabas tu polla enhiesta, firme, haciéndote una paja suavemente y echaba a volar mi imaginación; pero había una lucha intensa en mi interior, por un lado te estimaba y respetaba intensamente por ser mi mejor amigo, un excelente compañero y confidente (pues nadie más que tu sabía que yo me consideraba Bisexual, pues te lo había confesado), eras mi “Bro” y te consideraba y quería como se quiere a un hermano menor, siempre procuraba que fueras bien en clase, que no faltaras, que no te emborracharas (empedaras) tan seguido, me preocupaba que cuando tuvieras un bisne con una chava usaras siempre condón y había una sana “preocupación” por ti. Además que te sentía como una persona que me respetaba, respetaba mi “secreto” y que me estimaba, yo sentía que era en verdad tu amigo. Y por otro lado, estaba mi carnal deseo (yo era humano), con debilidades, con defectos, me ganaba seguido la pasión; en ese momento, mientras tú te bañabas, venía a mi mente el deseo que tenía desde tiempo atrás, una obsesión por ti, desde que te vi por vez primera al iniciar la residencia, me gustaste, pero siempre con respeto, y mi debilidad y obsesión por ti era tan solo “hacerte una mamada” moría por sentir en mi boca tu pija, probar el sabor de tu verga. Ya en alguna ocasión te lo había insinuado, te lo había dejado saber, algunas ocasiones veladamente y otras descaradamente; no quería otra cosa más que “mamártela”, sin ningún otro compromiso, eso era sólo lo que yo quería. Una sola mamada y que todo siguiera igual, tú con tu vida y yo con la mía. Pero no dabas tu brazo a torcer, ya me habías comentado que eso no iba contigo y lo respetaba pero no por eso dejaba de soñar en algún día mamártela….. Eso no iba contigo, tú eras hetero y te encantaba romperles la panocha a todas las chavas con las que salías. Escuche un ruido que me sacó de mis pensamientos y eras tú que salía del baño, verte hizo ruborecer mi cara, salías tan solo con una toalla anudada a la cintura, te veías súper guapo, sexi, parecías un Dios del olimpo, sacudías suavemente tu cabello húmedo y de tu torso caía un hilillo de agua que se perdía en la toalla, a nivel de una llamativa y sugerente línea de suaves vellos en tu pubis, sentía que me abalanzaría sobre ti en cualquier momento y besaría tu pectoral y tus deliciosos pezones, por lo que de inmediato y para ocultar mi erección me metí a bañar. Tome un baño con agua caliente, necesitaba relajarme, me sentía cansado por el pesado día que tuvimos, sentía la temperatura de mi piel superior a la del agua que caía de la regadera, el verte salir del baño había puesto en alerta mis sentidos, me urgía hacerme una paja y sacar ese deseo, pero me contuve, no quise porque se escucharían mis gemidos y no era oportuno, por lo que decidí tomar un lento baño y dejar que el agua que caía en mis sienes me relajara, tardando varios minutos en salir. Al salir encontré que te había ganado el sueño y te habías quedado dormido sobre la cama, deduje que apenas te había dado tiempo de secar tu piel antes de que te ganara el cansancio, quedaste solamente con la toalla cubriendo tu abdomen y muslos, empecé por tanto con una taquicardia tremenda y una inminente erección al verte, como sólo ocurría en mis sueños más anhelados. Lucías apacible, tranquilo, relajado, con una tranquila sonrisa, repase mentalmente tu cuerpo en tanto velaba por instantes tu sueño, tu pelo corto armonizaba con una hermosa cara, honestamente eras muy guapo, era por demás sabido que tú eras deseado por muchas mujeres, una incipiente barba de 3 días enmarcaba unos carnosos labios; bajé mi vista a tus pectorales, unos morenos pezones se antojaban carnosos, tu tórax se expandía lentamente al ritmo de una pausada respiración, a un lado aprecié tus 2 fuertes brazos con marcadas venas y bíceps naturales; tenías un moreno bronceado natural, propio de tu naturaleza costeña, resaltaba por todos tus poros lo que en verdad sabíamos, eras nativo de la playa más famosa y conocida de México… Acapulco. Instintivamente baje a tu abdomen, semi marcado, tenías un poco de sexi pancita, que había desplazado el abdomen de lavadero que alguna vez tuviste, pero lo que atrajo mi visión fue la línea de vello que bajaba y se perdía en la toalla y oh sorpresa! Debajo de ésta se apreciaba que había una considerable erección, sentí estallar mis sienes, sentía mi pulso rápido, te tenía frente a mí, como siempre lo había deseado, pero el respeto que te tenía era más grande y me limité a bajar mi mirada a tus fuertes muslos, quería repasarlos con las yemas de mis dedos y solo atiné a acercarlos a milímetros de tu piel, finalmente fijé la vista en tus bellos pies, unos hermosos y cuidados pies, se apreciaba una tersa piel. Tu seguías dormido y yo me paseaba alrededor de ti, como un león a punto de abalanzarse sobre su presa, temblaba de miedo y de deseo, estaba en una encrucijada, si te tocaba y despertabas, tenía miedo de tu reacción, te deseaba intensamente, deseaba besar tu piel, ahora que te tenía tan cerca, pasaban interminables minutos, las manos me sudaban, sólo se escuchaba el lento tic tac del reloj de la pared, tu pausada respiración y mi alocada taquicardia. Me detenían la prudencia, la cordura y sentía que éstas se enfrentaban en contra de la pasión, el deseo y mis bajos instintos. Por fin me decidí, pasara lo que pasara, así fuera que en caso de despertarte terminara nuestra amistad de años y el respeto que se había forjado entre nosotros, ya no importaba, estaba decidido a dar el paso; mi temblorosa mano procedió a retirar la toalla que te cubría, apareciendo el objeto de mis anhelos. Tu polla lucía en semi erección, ladeada un poco a la izquierda, descansando sobre tu fuerte muslo, era una hermosa polla no circuncidada; el prepucio cubría a medias un rosado glande, con miedo procedí a tocarla, ardía en deseos de probarla y sentirla en mi boca, se le marcaban unas gruesas venas en el dorso, lo que la hacían más atractiva, despacio y suavemente la tomé con una mano y descubrí tu capullo, del cual salían unas gotas de cristalino precum y entonces ya no hubo ataduras, no hubo poder humano que me detuviera y cayendo de rodillas al piso, abrí mi boca y la engullí con deseo, despacio, saboreando ese suave sabor que tenía el precum y tu capullo, saboreando todo el tronco, subiendo y bajando, introduciéndola hasta mi garganta, ya no había marcha atrás y aumenté la velocidad de mi felación, ya no importaba nada más, solo eras tú, tu polla y yo. Al aumentar mi succión, tu polla alcanzó de inmediato su máximo grosor, destacando esas venas del dorso, sentí que alcanzó su máximo tamaño y caí en la cuenta de que esa polla era la mejor que jamás en mi vida hubiese imaginado, debía medir unos 18cm y tener de grosor 5cms, destilaba un delicioso precum, el cual me volvió loco de deseo y succionaba con delicadeza y fuerza a la vez, la saboreaba, la paladeaba, la besaba, me la pasaba por la cara una y otra vez, hundía mi cara en tu pubis, sintiendo el glande en mi garganta, oliendo un suave olor jabonoso en tu húmedo pubis y aumenté más la velocidad, sintiendo que te removiste en la cama, y colocaste intempestiva e inconscientemente tu mano en mi cabeza forzándome a aumentar la velocidad de succión al tiempo que elevabas tu pelvis y esto hacía que llegara más profundo tu capullo a mi garganta, me follabas la boca y la garganta. Empezabas a balbucear…….. Ah, ah, ah, sí, sí, así, jadeabas al principio tímida y quedamente, balbuceabas y repetías calladamente llamando a tu novia….Alexa, Alexa, Alexa y después ya sin medirte jadeabas a grito abierto más, más, más e introducías fuertemente tu verga en mi garganta. Fue cuando te moviste e inclinándote hacia adelante debiste de haber caído en la cuenta que no era un sueño, al sentirte mover, volteé mi cara y se encontraron tus ojos con los míos, estabas en shock, como sacado de onda cuando te diste cuenta que era yo quien te la estaba mamando, pero sentiste palpitar tu polla y cerrando los ojos te reclinaste y acostaste de nuevo y bajando mi cabeza de nuevo a tu sexo, me dijiste…… -Que rico la mamas cabrón, de haber sabido, te hubiera dado chance desde cuándo… -Ah!..Sí…..La mamas mejor que cualquier puta. -Sigue, sigue, siento que es la mejor mamada que hasta ahorita me han hecho en mi puta vida. -Síguele carnalito, mamas como becerro, cómetela bro y empujabas tu pelvis hacia adelante follándome con más ímpetu. Tras lo anterior, no había nada más que decir, indirectamente me habías dado autorización para continuar…….. Ahora con más descaro subía y bajaba por tu polla, saboreándola mientras con una mano masturbaba suavemente tu polla y con la otra palpaba tu escroto, sentía unos huevos firmes, grandes, cargados, los sopesaba suavemente y descendiendo un poco me los introduje a la boca succionando y chupando suavemente tu periné, por lo que aumentaron tus jadeos; jadeabas ya sin contenerte, y yo volviendo a introducir en mi boca tu rica polla continué con mi trabajo. Salvajemente ahora eras tú quien imponías con tu mano el ritmo de la mamada, y continuaste de esa manera por un tiempo que me parecía interminable, yo solo pensaba…. -Que aguante tienes papi! -Me concediste hacer realidad mi sueño! Cuando de pronto clavaste tu estaca hasta el fondo de mi faringe y salió un largo y gutural grito de tu garganta…… Ahgggggggggg. -Me vengo. Gritaste. Y sentí una copiosa y caliente corrida en mi garganta, y conté uno, dos, tres….. Siete trallazos llenaron de lefa mi boca, escurriendo un hilillo en mi comisura labial, la paladee y la sentí con un sabor dulzón, suave, delicioso, cayendo tú de espaldas en la cama, sacando media polla de mi boca, por lo que me apresuré a tragar ese rico y preciado manjar para que no cayera de mi boca, y empecé a limpiarle a tu polla todo resto de lefa hasta dejarla limpia y tu capullo brillante. Ahora sabía más riquísima tu polla, me engolosiné y continúe dándote una suave mamada, lo que hizo que continuaras jadeando de placer, mientras te pellizcabas suavemente los pezones. Esto aunado a que continué dándole placer con mi lengua a tu polla hizo que esta no perdiera su fuerza y continuara parada; ya habíamos comenzado y no había marcha atrás, tu seguías caliente y cuando menos cuenta me di, habías sacado de tu mochila un condón y lo tenías en una mano, mientras que en la otra tenías un tubo de jalea lubricante. Te desconocía un poco, estabas súper caliente y con la polla a tope, creo que en ese momento poco te importaba que fuera yo a quien pensabas cogerte, poco importaba yo que fueras a romper el tabú que siempre habías tenido, el de ser hetero totalmente, sin nada que ver con tipos; pero era más el calentón que tenías y valiéndote madre y sin decir nada, me jalaste, tumbándome boca abajo y bajando violentamente mi bóxer me dijiste…… -Hasta que se te va a hacer canijo… Tomaste con tus dedos un poco de gel y empezaste introduciéndome un dedo, el cual con el calentón que me cargaba, rápido entró, iniciando movimiento circular, yo gemía ya descaradamente, me sentía en la gloria, pronto metiste un segundo dedo a mi ojete, aunque con un poco de dificultad, ya metías y sacabas hasta el fondo los 2 y para cuando al entrar los 3, sentía que tocabas mi próstata y recibía pequeñas descargas eléctricas, y a la par que te ponías el condón pronunciaste….. -Ahora si vas a ver lo que es sentir una verdadera verga en el culo canijo, no te la vas a acabar bro. Y sin decir agua va, me la metiste de jalón hasta el fondo, yo sentía que me partías en 2, sentía que entraba hasta lo más profundo de mis entrañas, sentía tu falo ardiente, caliente, sentía que me llenaba, sentía que dilataba al máximo mi esfínter y te quedaste quieto un instante como disfrutando la sensación, el sentir un culito estrecho, caliente, diferente a los que te habías “echado”. Tomándome de la cadera empezaste a bombear con un mete saca suave, delicioso, lo sacabas por completo para de nuevo introducirlo hasta el fondo, yo me sentía entre nubes, en verdad estaba disfrutando como nunca lo había hecho, pues esa era mi más deseada fantasía; tu jadeabas intensamente y por ratos violentamente la metías a tope sintiendo tus pesados huevos chocar con mis nalgas. Me colocaste de lado, elevando mi pierna derecha y continuaste horadando mi esfínter, sentía tu grueso falo como una firme estaca, llameante, daba la sensación de quemaba mis entrañas, yo jadeaba a la par de ti, me sentía en el éter, no había tiempo ni inmensidad. Te pedí cambiar de posición, quería ver tu cara, deseaba ver tus gestos en ese momento; me giraste y colocando mis piernas sobre tus hombros quedaste frente a mí, vi que en verdad lo disfrutabas, cerrabas los ojos y te mordías los labios mientras jalabas mi cadera hacia ti y me empalabas. Lucías angelical, tu frente se perlaba de gotas de sudor que descendían hacia tu fuerte maxilar; y mientras pasabas la lengua sobre tus carnosos labios, tu pecho lucía al máximo y se ensanchaba al ritmo vertiginoso del movimiento de tu pélvis. Disfrutaba viendo ensancharse los músculos de tus brazos, tus bíceps lucían más marcados que nunca resaltando sus venas; en ese momento anhelaba pasar mis dedos por tu torso y palpar tus firmes pectorales, anhelaba deslizar los dedos por tus brazos y acariciar cada centímetro de tu cuerpo y besarlo, besarlo, al fin tenía ese manjar deseado, pero no quise romper el encanto del momento y continué contemplándote. Aumentaste con frenesí el bombeo, golpeando con tu miembro una y otra vez mi próstata, jadeabas a grito abierto, sin importarte nada más en ese momento….. Y ya fuera de sí me dijiste sin abrir los ojos….. -Oh! Sí! Que rico culito te cargas carnalito….. El mejor que he probado….. Nada que comparar con la última vieja a la que se la deje ir por atrás y que me rompió el condón. -Increíble, wao…… -Nunca pensé que fuera disfrutar tanto al cogerme a un cabrón… Yo estaba que ardía por dentro, tenía la polla al máximo, a tope, deseaba hacerme una paja violenta, pero sentía que tan solo de tocarme estallaría, pero prefería aguantarme todo lo que pudiera para continuar disfrutando contigo y de ti, pero para ese momento ya estábamos los dos a punto, se sentía en el ambiente, sentía que no podía más, pues sentía los intensos embates de tu polla masajeando mi próstata, iniciando a contraerse violentamente mi esfínter anal, sentía como te presionaba la polla. Cuando gritaste…… -Me vengo carnal…. Y empujaste hasta el fondo tu caliente hierro, como queriendo meterte en mí y al tiempo que sentía tu salvaje venida llenándome, conté varios trallazos de lefa hirviente que parecía fuera a reventar el condón, tu miembro palpitaba vivo, vomitaba fuego…. Temblaba tu cuerpo en su totalidad, estabas pleno, tu cuerpo bañado en sudor adquirió entonces un matiz divino. Y no pude más, me sentía en el limbo, entre cielo y tierra y sin tocarme siquiera, sentí nublarse mi vista y contorsionándose violentamente mi cuerpo, me vine abundantemente sobre mi abdomen lo que propició aumentara aún más el tono del esfínter anal y presionara al máximo tu polla, exprimiéndole hasta las últimas gotas de tu elixir. Y Justo en ese momento, jadeante, sudoroso y con mi polla palpitante, y aun sintiendo los últimos espasmos de mi venida….. Sucedió lo inimaginable….. Desperté en mi cama……. Había sido un sueño….. Pero tenía grabada en mi piel todas las sensaciones, parecía tan real… El tic tac del reloj de mi alcoba marcaba las 3:00 am Tome entonces mi móvil del buró cercano al recordar que tal vez estarías de guardia, y armándome de valor, decidí mandarte el siguiente mensaje: “Estas de guardia Bro? Disculpa el molestarte a esta hora con imprudencias, pero me despertó un sueño y en ese sueño estabas tú cabrón… Luego te lo cuento.. Perdón por molestar” Tras 4 minutos y a punto de caer rendido nuevamente por el sueño, llego tu respuesta. “Jajaja ya me imagino cabrón. Si canijo estoy de guardia… Hay luego me cuentas. Cerrando mis ojos y con una sonrisa, me dormí pensando en ti y deseando hacer realidad ese sueño….. Algún día.  
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