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Autor: joan

 
 
 
 

¿Angel?

  ¿Ángel? Esta historia esta basada en un sueño que tuve recientemente. Es pura ficción, pero estoy seguro que tanto a mí como a muchos de vosotros no nos importaría que nos sucediese de verdad. Cuando llegué a casa estaba cansado de un largo día de trabajo, y una interminable cena que se prolongo mas de la cuenta. Así que me fui a la cocina, me cogí el cartón de leche, y a pesar de que siempre había rechazado lo de beber del cartón directamente, esa noche lo hice, llegué a la habitación y vi a mi pareja tumbada en mitad de la cama, después de la discusión que tuvimos antes de irme a trabajar, y debido a la hora que era, decidí irme a dormir a la habitación de los invitados, allí teníamos una cama que había utilizado yo cuando vivía en casa de mis padres, era una cama de 1,05 cm. que para una persona sola, estaba bien, pero que en cuanto se vino alguien mas a la casa, se nos quedo pequeña, así que decidimos comprarnos otra mas grande y dejar esa para las visitas, y aprovechando que ya no era la mas cómoda del mundo, no cambiamos el colchón que tantas noches había sufrido mis noches de lujuria desenfrenada, así las visitas durarían menos tiempo, Después de un millar de vueltas para coger una postura cómoda, me quedo dormido. En mitad de la noche me pareció oír un ruido, ¿que extraño ruido era ese?, parecía mas bien un batir de alas, no le di importancia, pensé que alguna paloma se abría posado en mi ventana, ya que debido al calor se encontraba abierta, note también como si algo parecido a una pluma tocase mi nariz. Abrí los ojos y ante mi estaba la visión mas hermosa que me pudiese imaginar, un ser alado. ¿Un ángel? No podía ser, yo siempre había creído que los angeles eran parte del negocio de la iglesia. ¿Como podía existir un ser tan hermoso? Me quede impresionado con su rostro, era bello en demasía, no supe identificar si seria hombre o mujer, la verdad es que no me importaba, como se solía decir "Los angeles no tienen sexo", intente bajar la mirada de su rostro, solo vi una figura difuminada de la que sobresalían a ambos lados de la espalda dos hermosísimas alas, alas que tenia la necesidad de tocar, parecían suaves, esponjosas, como diciendo "Tócame", pero no podía moverme, solo podía mirar a ese ser. - Buenas noches – dijo susurrando, esa voz me resultaba tremendamente amistosa, te relajaba solo de oírla, sentí como mi pene empezaba a querer hacerse notar, su mirada se poso en el bulto que se podía apreciar en mi bóxer, sonrió y mi pene volvió a su posición relajada. - ¿Que o quien eres tú? - Eso es lo de menos, vengo porque necesito tus servicios. - ¿Mis servicios? ¿Que podía necesitar un ángel de un simple contable?, ¿acaso era cierto el dicho de que ni dios se libra de Hacienda? Me debió leer los pensamientos, porque me dijo que no necesita mis servicios como contable, sino como ser humano, eso me desconcertó más aún de lo que estaba. Esto debía ser una broma, no podía ser que me sucediese eso a mí. - ¿Y como piensas pagarme?, en ese momento no me di cuenta que todavía no me había pedido nada, - ¿Como podría pagarte si nada poseo?, solo este cuerpo que aquí ves, - dijo señalando lo que se suponía era su cuerpo. ¿Qué cuerpo?, yo solo veía una bruma, nada definido, ni siquiera sabia si era hombre y mujer. - Por eso no te preocupes, yo seré lo que tu que tu quieras que sea, si quieres que sea mujer puedo serlo. – dijo mientras se convertía en la mujer mas voluptuosa que podría imaginar, rostro bellísimo, melena rubia largísima, ojos azules como el cielo mas hermoso, labios carnosos y sensuales, pechos generosos y firmes, piernas largisimas, ¿y su sexo?, que delicia, apenas sin pelo, labios sonrosados y ese bultito, como se le notaba, era perfecto, mi pene estaba de nuevo en plena erección. - O si lo deseas también puedo ser un hombre Su cuerpo se transformo de nuevo, el mismo rostro, con rasgos mas masculinos, el mismo pelo, el pecho se convirtió en unos pectorales dignos del mejor deportista, sus brazos donde se marcaban unos bíceps magníficos, unos abdominales que dejaban en ridículo todo cuanto había visto hasta ahora, ese ombligo de donde salía una hilera de vello que se dirigía hacia su zona pubica, totalmente depilada, esas piernas tan robustas, parecían columnas, que resistencia debían tener, ¿y su sexo?, que maravilla, en mi vida había visto algo semejante, ese pene grande como el del mejor modelo erótico, y ancho, era perfecto, mi pene ya no podía aguantar mas, estaba a punto de eyacular solo de ver lo que se presentaba ante mis ojos. Sin mediar palabra y en su versión masculina, se acerco a mi, con una delicadeza extrema acerco su mano a mi bóxer que por aquel entonces estaba a reventar, ya no podía contener mas ese pene que pugnaba por salir, lo deslizo hacia abajo de tal forma que apenas note como rozaba mi pene erecto, lentamente acerco sus labios a los míos, pude sentir sus labios, eran calidos, note como su lengua entraba en mi boca, note una sensación que jamás había sentido, mi pene estaba temblando, se me habían hinchado las venas como nunca, el semen hervía en mis testículos, pero no salía, era como si algo lo contuviese, estaba sintiendo un orgasmo, pero no eyaculaba. Su mano se dirigió a mi pene, el cual acariciaba mientras me besaba, le quise abrazar, toque su alas, eran suaves, esponjosas, de repente se separo de mi, me miro fijamente y comprendí que no debía tocar sus alas, por algún motivo esa era la única zona de su cuerpo que no debía tocar, mis manos quisieron tocar su cara como pidiendo perdón, las beso, las separo de sus labios, y las dirigió a su cara, sus hombros, su pecho, su cintura, sus caderas, sus nalgas, mientras hacia esto se acerco mas a mi, su pene se quedo a escasos centímetros de mi cara, no estaba erecto, intente tocarlo con mi lengua, me miro tiernamente, se separo, se sentó en mi cama, besaba mi cuello, mi pecho, jugueteaba con mis pezones, los cuales mordía, tiraba ligeramente del piercing, sentía una mezcla de dolor y placer, parecía que sabia lo que mas me excitaba, fue bajando por mi torso, llego a mi ombligo, jugueteaba conmigo, metía su lengua en mi ombligo como si fuese un coño, me miraba picaronamente, descendió un poco mas, enredaba su lengua en mi vello pubico, mi pene parecía ignorarlo, lo rodeo y bajo a mis testículos, los tenia pegados al cuerpo, claro síntoma de una próxima eyaculacion, los mordisqueo y los fue sacando de su escondite, los tenia en su boca, mis testículos estaban a rebosar, me dolían, pero a la vez era placentero, los soltó, y como si de goma se tratasen, volvieron rápidamente a su sitio, que sentimiento era ese, un placer extremo y a la vez doloroso, comprendí por un momento el placer sado. Yo que siempre había despreciado el sado y de repente pensando en el, deseche ese pensamiento, no, no quería una sesión sado. Mi extraño amigo por fin se decidió a usar mi pene, lo toco con la punta de su lengua, estaba fría, un escalofrió recorrió mi pene, otro toque y ya estaba caliente, ¿cómo podía ser eso?, abrió su boca y sin tocar mi pene se lo metió entero en su boca, no lo rozaba con ninguna parte de su cuerpo, solo notaba calor, de repente su boca se cerro, se adapto perfectamente al contorno de mi pene, su lengua lo abrazaba en el interior de su boca, parecía como una segunda piel, se movía rozándolo, humedeciéndole, abrió la boca y saco mi pene, su lengua empezó a enroscarse en el, yo estaba en pleno éxtasis, sus huevos estaban como hirviendo, me picaban horrores, pero no era un picor desagradable, al contrario, me sentí muy feliz, su boca empezó a meter y sacar mi pene de ella, era como si me estuviese follando, dirigí mis manos a su cara, sujetaba su cabeza, le acompañaba en su movimiento, en un momento determinado me miro a los ojos, me sonrió, parecía decir "Ahora Si", de repente mi pene empezó a soltar la leche que tanto deseaba salir, fueron innumerables espasmos casi eléctricos, con cada contracción mi pene soltaba un chorro de leche, pensé que me iba a dejar seco, cuando estuve a punto de desmayarme, de puro placer, mi pene dejo de eyacular. ¿Cómo podía sentir tanto placer con tan poca cosa?, solo me acababa de hacer una felacción, pero que felacción, imposible explicarlo, se levanto y me dijo mirando a su pene, si me gustaría repetir lo que me acababa de hacer. ¿qué si me gustaría hacérselo yo a él?, por supuesto que si, me moría de ganas de poder saborear esa delicia que se había paseado a tan escasos centímetros de mi cara, le dije que si, me quise incorporar, para tener la cara a la altura de su pene, me detuvo, se sentó a mi lado, puso sus rodillas a ambos lados de mi cuerpo, mis brazos por encima de sus rodillas, sus testículos estaban a la altura de mi boca, los lamí con mi lengua, el descendió un poco de forma que se metieron ellos solos en mi boca, que ricos sabían, eran suaves al tacto de mi lengua, calientes, de un tamaño perfecto, los mordisqueaba, miraba su cara para ver su expresión, tenia los ojos cerrados, miraba al techo, su boca abierta, se levanta y bajaba de forma que los metía y sacaba de mi boca, se incorporo de forma que ya no llevaba a ellos, se echo un poco atrás, y su pene rozo mis labios, abrí la boca, mi lengua recorría su glande, sus alas rozaban mi pene, el cual estaba ya erecto de nuevo, me metí su pene en mi boca, el se movía como si me estuviese follando por la boca, su pene cuando estaba en el interior de mi boca, rozaba mi campanilla, sentía nauseas, pero el movimiento involuntario de mi boca parecía gustarle, su pene tenia un sabor extraño, había probado antes otros penes, y ninguno sabia igual, no sabría identificarlo, se giro y miro mi pene, se salio de mi boca, yo me negaba a dejar escapar esa delicia. Copio mi pene con sus manos y lo dirigió a lo que yo pensaba que seria su culo, pero no, se lo estaba metiendo en lo que hacia un momento yo tenia en mi boca, pero ya no era un pene, sino el coño mas apetecible que me podía imaginar, su cuerpo se acababa de transformar de nuevo, era una mujer, se empalo literalmente en mi, sus pechos se movían al compás de su movimiento de vaivén sobre mi pene, esa visión me estaba poniendo súper cachondo, era como follar con dos personas a la vez, mi pene entraba y salía con suavidad, sin apenas roce, pero era una sensación muy placentera, era casi como si me estuviese acariciando, al principio se movía lentamente, fue acelerando su movimiento, sentía su cuerpo sobre mi, apenas pesaba, sus alas jugueteaban con mis huevos, mis manos las puse sobre sus pechos, que delicia de pechos, estaban firmes, se dejaban deformar bajo mis manos, y rápidamente volvían a su forma original, así estuvimos durante un buen rato, yo debajo siendo galopado por semejante ser, al cabo de un rato, mi cuerpo ya no pudo mas y estallo en una eyaculación como nunca, una, dos, tres, ...... eyaculaciones, de puro placer me quede dormido. Al despertar me encontré desnudo en mi cama, con el pene totalmente erecto, mi cama cubierta de plumas, y lleno de felicidad. Mi cabeza solo encontró dos opciones para esta situación: - El sueño había sido real, (cosa que me negaba a creer) - Me acababa de cargar el edredón de plumas que llevaba conmigo desde los trece años, (cosa difícil puesto que dicho edredón estaba guardado en casa de mis padres) Sea cual sea la verdad, me conformo con recordar esa noche.  
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