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Autor: Pancho1968

 
 
 
 

Experiencia extrema en prisión (1)

  A mis 21 o 22 años, caí en prisión por esas cosas de la vida. A pesar de mi edad tenía una aparencia de unos 18 años por mi rostro de niño y un cuerpo de efebo. Me ingresaron en la noche y el guardia dijo "CARNE FRESCA CHICOS". Ingresé con temor, ahi vino el caporal y me dijo "ANDA PARA ALLÁ, AHÍ ESTÁ MI CAMA" y mientras me dirigía para ese lugar, podía sentir las miradas lujuriosas de los internos. Recuerdo que el caporal era un hombre fornido, trigueño, brazos musculosos, no era guapo y tenía unos ojos negros de una mirada penetrante. Al verlo me sentí atraído hacia él y cuando me dijo que vaya a su cama, sentí alegría y protección, a pesar del miedo que me embargaba. Sin embargo, eso no duraría mucho, pues escuché a mis espaldas "QUÍTENLE LA ROPA" y una jauria de unos 9 hombres se abalanzó sobre mi y me despojó de toda mi ropa, dejándome completamente desnudo. Podía sentir como sus ´manos recorrían mi cuerpo y particularmente mis nalgas. Expresiones como "QUE RICO CULO", "ESTÁ SABROSO", "HOY LO PREÑAMOS", "QUE RICO COMERSE UNO ASI", me hicieron estremecer.. Así totalmente desnudo, fui llevado hacia la cama del caporal que no era más que un catre rústico. Me me arrojaron sobre él boca abajo y uno de ellos se subió sobre mi, cuando de pronto una mano lo levantó casi en vilo y lo tomó por el cuello, diciéndole "APRENDE A RESPETAR, QUE AQUÍ MANDO YO Y ESTE CULO ME PERTENECE", y además agregó "YA TENDRÁN SU OPORTUNIDAD". Pude entender en ese momento que él no bromeaba al decir que era suyo y que pronto sería poseído por ese hombre que aunque me atraía, también repudiaba por lo que me iba a hacer. Se sacó la pantaloneta, que era lo único que llevaba puesto y asi desnudo se subió sobre mi con su verga enhiesta y apuntando hacia mi culo. Quise resitirme pero ese cuerpo fuerte y grande me cubría todo. Cerré mis ojos y esperé la ambestida. No me equivoqué en mis pensamientos ya que fue brutal y profunda provocando que mis ojos se abrieran con desmesura y un grito escapó de mis labios.. Esto sólo provocaba las risotadas y burlas de los que nos rodeaban. En tono burlesco exclamó "SE QUEJA LA NIÑA" y me la clavó nuevamente hasta el fondo para hacerme sentir que él sería mi macho.. Me penetraba profundamente y podía sentir como mi ano se abría al paso de esa verga que sería mi poseedora no solo ahora sino los dias que estaría ahí. Gozó de mi culo como él quiso y a pesar de lo grotesco de la escena, sentía interiormente un placer de que sea él el primero en poseerme y me sentía suya como varias veces me dijo mientras me penetraba. Sus palabras "AHORA ERES MÍA Y DE QUIÉN YO DECIDA", me hicieron pensar en que iba a ser de él y de sus amigos, pero no fue asi porque sería de todos cuantos llegaran a ese lugar durante los días que irremediablemente iba a pasar ahí y que me iba a convertir en la fuente de desahogo de los hombres que estaban reprimidos en su arrechera pero que ahora tenían la oportunidad de dar rienda suelta a su lujuria y pasión, descargando sus liquidos seminales en un cuerpo juvenil. Sentí como el apresuraba su movimientos pélvicos y como sus huevos tocaban mis nalgas, sudaba sobre mi cuerpo y sentía ese olor de macho en mi nariz y luego sus chorros calientes de semen llenaban mi culo. Me estremecí porque aquel macho rudo y fuerte me había poseido y me había hecho suya y ahora esperaba nada más que los otros 9 machos me clavaran su verga en mi culo y mi boca gozara el sabor de varias leches haciéndome recordar que ese era mi destino.. Cuando terminó de desahogarse, me dijo "LIMPIAMELA CON LA BOCA" y asi lo hice. Me arrodillé ante esa verga que me había dando placer y al fin la pude apreciar, era negrita, gruesa, con unos huevos grandes y peludos, descubierto el glande pero no circuncidada.. Luego dijo "AHORA SI MUCHACHOS, ES TODA SUYA". Mi posición no varió, boca abajo solo podía sentir como las vergas, una tras otra penetraban mi carne y me hacian sentir lo arrechos que estaban y como gozaban de satisfacer sus instintos más primarios. Fueron 9 vergas que por mi posición no las pude ver, pero sentía la variación de tamaños en cada cambio que ellos hicieron. Con el semen de 10 machos dentro de mi, el cansancio y el placer que me dieron terminó por vencerme y me quedé dormido sobre ese catre que de ahora en adelante sería mi lugar de placer.  
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