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Autor: Gabonice

 
 
 
 

Er Mamadó o El arte de mamar (3).

  El mundo cada vez está peor, no se si será por el cambio climático o por la crisis o por las dos cosas; lo cierto es que cada vez los machos alfa, esos que tienen un generoso aparato que funciona y que gustan de meterlo en un agujero cada vez se encuentran menos. Incluso hasta los heteros cuando resbalan lo hacen de espalda. Entonces pensé en un viejo refrán modernizado por mi: El que madruga (por delante), Dios lo ayuda (por detrás) Así las cosas, eso que si pasivo, que si activo, que si versátil. Que si me hagan o que si hago. Que yo la meto o me la meten. Esas postura predeterminadas normalmente no están dando resultados. A fin de cuentas el sexo es una cosa de dos y ser tan predecible resta interés. Pensando así me di cuenta que mi fracaso en ligar estaba dado por preocuparme más de mi que de mi pareja de turno. Con esa idea de partida al final llegué a la conclusión que había algo en mi que me hacía fallar y eso era importante pues si la culpa la tenía yo, podía hacer algo en remediarla. Ese día decidí romper esquema, entre en una página de contactos gays y pensé en un seudónimo que reflejara mi postura real y no se como vino a mi mente una palabra: MAMADOR. Ahora quería hacer un perfil distinto, humorístico y sincero, que fuera corto pero expresivo y finalmente escribí algo así como lo siguiente: Esto es un catálogo para ligar en línea, no voy a decir que aquí busco amistad, pareja ni leches. Aquí opera la ley de la oferta y la demanda: uno dice lo que quiere, enseña lo que tiene y ve lo que hay. Fundamentalmente me gusta mamar, dar placer, ver como disfruta el macho que está conmigo. Si chateamos y surge química quedamos en un bar. Quedar no significa que ya, si al quedar surge más, pues lo asumimos, sino hablamos 5 minutos, del tiempo. Ah, sin foto de aparato no contesto. Tampoco hago maletas para viajes de más de 30 minutos del lugar donde vivo mientras existan tantos necesitados cerca (como yo). Gracias. Le agregué un par de fotos y todo listo. Ahora tenía que esperar a que el webmaster aprobará mi perfil, pasó un par de días y ya estaba publicado. Ahora comencé a hacer nuevos amigos, a agregar contactos a mi perfil y un día se me ocurrió otra idea. Escribí un mensaje y se lo envié a varios de mis contactos que en ese momento estaban en línea. El texto decía así: Su horoscopo del día le recomienda ser cuidadoso con su salud y su cuerpo. Por eso lo mejor es recibir una buena mamada. Los científicos han probado que una buena mamada activa las hormonas, reduce el colesterol, mejora el flujo sanguíneo, en fin alegra la vida. Una buena mamada no tiene precio, para todo lo demás Master Card. Solicítala con un simple mensaje a este perfil. Por la salud de un amigo estoy dispuesto a comerme su polla. Para mi sorpresa, de repente comencé a recibir mensajes y como es de esperar los empecé a contestar. Aquello era la locura, pues dar tantas respuestas al mismo tiempo solo es posible utilizando la técnica de ¨cortar y pegar¨ y así finalmente se me ocurrió la fantástica idea de citarlos a todos para el mismo sitio y a la misma hora. Les comento que era sábado, precisamente el primer sábado del mes, el sitio que escogí es un conocido bar de Sevilla que se llama ¨El Hombre y el Oso¨, un bar solo para hombres osos y sus admiradores (ya saben mi pasión por los hombres velludos) que está relativamente cerca. Por eso, pasada la una de la madrugada salí de mi casa caminando y a los pocos minutos estaba allí. Entré, pedí una copa y rápido comencé a entablar una agradable conversación con un chico que tenía a mi derecha en la barra. La conversación estaba siendo agradable, pero a los pocos minutos entró por la puerta el primero de mis citados. Nunca nos habíamos visto en persona, pero por las fotos del perfil de la web nos reconocimos de inmediato, nos saludamos y nos presentamos de inmediato. Y sin mucho preámbulo casi con el estrechón de manos de la primera vez le acaricié los vellos de su brazo a Antonio. Había química, aquel tío me daba deseo de comérmelo, de pasarle la lengua por toda su piel, yo estaba empalmado desde el primer momento. Pero antes de que pudiéramos llegar a más apareció otro de los citados, este era Juan y de inmediato lo incorporé al grupo. Ahora no podía decidir cual de los dos me gustaba más, en realidad estaba ante dos tíos de esos que te los pones a mirar y no se acaban. Se me olvidaba decirles que este primer sábado de cada mes en ese bar es el día de la ¨FIESTA¨, por eso debido al calor los clientes le pedían al chico de la barra una bolsa y se iban quedando en pelotas, metiendo la ropa en la bolsa y entregándosela al tío que estaba detrás de la barra, que ya para esa hora también estaba como había venido al mundo (esto era cerca de las 3 de la madrugada). No quería desaprovechar la oportunidad que tenía en ese instante por lo que empecé a calentar simultáneamente a Juan y Antonio, mientras con una mano acariciaba el pecho de Juan con mi lengua saboreaba los bellos del pecho de Antonio, continué dándole lengua Antonio por el vientre, me deleité con su ombligo, mientras acariciaba los huevos de Juan. Finalmente le di una pequeña chupada a la cabeza de su polla, lo dejé deseando más, pero me pasé a darle un beso a los huevos de Juan. Los dos tenían su polla empalmada y del beso pasé a darle lengua a los huevos, se los dejé completamente empapados en saliva, hasta que empecé a metermelos en la boca. Mientras le mamaba los huevos a Juan, la polla de Antonio esperaba deseosa y Juan y Antonio no dejaban de besarse y acariciarse. La polla de Juan estaba cubierta por su piel pero la de Antonio enseñaba su cabeza sin vergüenza. Por eso primero empecé a chupar la polla de Antonio, dejando la de Juan para después pues me encanta liberar la piel de este tipo de polla con la lengua sin utilizar las manos porque se que esa forma de actuar les produce a este tipo de hombre un deseo enloquecedor. Cuando empecé a dedicarme a la polla de Juan, Antonio se colocó un preservativo y sin utilizar lubricante colocó la cabeza de su polla en la entrada de mi orificio. Cuando Antonio me sujetó de la cintura y presionó para que su polla entrara en mi culo, comencé a mamar la polla de Juan con lujuria. Mientras una polla me entraba por el culo hasta lo más profundo de mis entrañas la otra me la metían hasta la campanilla. No fue fácil aquello, pues Antonio es un tío maduro de esos que saben disfrutar controlando la leche dentro de sus huevos. Yo pensaba que cuando Antonio se corriera mi culo probaría la polla de Juan. Pero Antonio no se corría, me seguía dando caña implacablemente y finalmente pude sacarle primero la leche a Juan que aguantó mi cabeza en el momento en que se corría de una forma que tuve que tragarme hasta la última gota de leche de sus huevos. Cuando mi boca soltó la polla de Juan, Antonio continuaba disfrutando de mi maltrecho culo. Mis piernas temblaban, pero aquello no tenía fin. Por eso cuando sentí que Antonio aumentaba sus exclamaciones de placer porque estaba al borde de correrse sentí una sensación de alivio de que aquello terminara pues tenía el culo ardiendo. Intencionadamente no me había corrido, pues estaba esperando a los otros citados. Casi si aliento estaba cuando me percaté que tenía ante mi a Raúl desnudo (otro de los citados) y sin presentarnos comencé a saborear los vellos que le rodean los huevos. Pero estaba realmente cansado y pronto para no quedar mal comencé a mamarle la polla, porque le quería sacar la leche rápido. Mientras lo mamaba otro tío del bar se pegó a su espalda, comenzó a darle lengua por el cuello mientras le introdujo la polla entre sus piernas. Luego el tío le fue dando lengua por la espalda y finalmente comenzó a acariciar con su lengua el esfínter. Me di cuenta que Raúl se estremecía de placer. Cuando aquel culo estaba bien lubricado con saliva el desconocido presentó la cabeza de su polla. Raúl trató de escaparse pero el tío lo sujetó fuerte por la cintura y en ese momento mi boca soltó su polla, le empecé a dar lengua en los huevos y finalmente succioné uno de sus huevos dentro de mi boca. El placer y el temor a ser lastimado hizo que Raúl se quedara tranquilo lo que dejó su culo indefenso y a merced de la polla del desconocido que pronto se fue hasta lo más profundo de sus entrañas. Unos segundo estuvo inmóvil allá dentro para luego comenzar el bombeo de las embestidas. Raúl comenzó a sudar, yo deje de mamarlo, me puse de pie y lo besé en la boca. Mientras nos besábamos y abrazábamos con mis pies le fui separando sus piernas para facilitar más la labor de penetración. El desconocido aprovechó esto para comenzar a follarlo enloquecidamente. Ver el rostro de Raúl al ser penetrado me daba un placer especial por lo que estaba empalmado a más no poder y de pronto sentí como mi polla entraba en un lugar suave y caliente, mis tetillas se endurecieron, no se como, alguien que no había visto me estaba mamando la polla. La sorpresa hizo que empezara a sentir un cosquilleo en las piernas que pronto se apoderó de todos mis musculos. Mi vientre se contraía y mis huevos soltaron pronto la descarga de leche. Me di una soberana corrida, traté de sacar mi polla de su boca pero me era imposible, me tenían sujeto entre Raúl y el tío no me dejaban huir. Mi polla se puso muy sensible, ya no tenía una sola gota de leche en los huevos, pero cada vez que con la lengua me acariciaban la cabeza de mi polla todo mi cuerpo se estremecía. Sentí miedo, nunca me habían hecho sentir tanto, muchas veces yo había hecho esto a otro y me gustaba hacerlo, lo mismo con la boca que con mis manos embarradas en su leche, había sentido la fuerza con la que en esos momentos los hombres tratan de escapar, pero siempre los me gustaba seguirlos estremeciendo. Ahora yo estaba sintiendo eso y estaba verdaderamente acojonado de sentir tanto placer. Cuando soltaron mi polla sudaba copiosamente y sentí un enorme cansancio en todo mi cuerpo. Me senté en una butaca de la barra y me di cuenta que estaba extenuado. Estaba tan cansado que me decidí a descansar un poco antes de retornar a mi casa. Me quedé observando el espectáculo que en esos momentos se seguía produciendo en cualquier rincón del bar y en ese momento me alegré enormemente de haber venido a vivir a esta maravillosa ciudad que es Sevilla. Tiene muchas cosas maravillosas: la madrugá, la alumbrá, pero lo mejor de todas sus cosas son sus hombres. Por cualquiera de sus calles andan sueltos hermosos ejemplares del macho ibérico, pero el andaluz tiene algo más, tiene un amplio sentido del humor, vive con alegría pero además es un hombre bien alimentado, pues cuando se come malo y bueno: se come doble. Nadie sabe como lamento no haber venido antes. Aquí es como en todos los lados. Lo que pasa que en el mercado abundan más los pasivos que los activos y eso crea un déficit en los servicios. Es como la Crisis, hay muchas más casas en venta que compradores. Por eso yo me he pasado al bando de los versatiles. Pues en el fondo todos los versátiles están buscando que los enculen. Pero una buena mamada es más universal, tiene más mercado, a todos les gusta. Así te encuentras al tío que te gusta, le das una mamada de antología y es posible que del calentón le saques el macho alfa que lleva adentro y te enculen. Pero en algunos casos ni eso funciona. Entonces vienes tu y resuelves el problema. Le metes un dedo en culo, le metes dos, tres y si puedes la mano entera y verás que te conviertes en la estrella.  
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