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Autor: Gabonice

 
 
 
 

Y … si cuando parece que es no, resulta que es sí!!!

  Esto de las redes sociales, a la hora de ligar tiene sus problemas. Los tíos ponen en sus perfiles fotos de cuando eran guapos y estaban en sus mejores momentos. Luego tu contactas con ellos, te haces la ilusión de que vas a encontrarte con el Principe Azul, haces una cita, vas ilusionado y cuando llega el encuentro, casi siempre también llega la desilusión, pues las fotos que vistes son de veinte años antes. Bueno, como tu también haces lo mismo, donde hay desquite no hay agravios, y eso es lo que hay. De repente ocurre un desastre, la red favorita para ligar que es bearwww, la ponen en mantenimiento y no se a que programadores contrataron que ha sido todo un desastre, he perdido mis contactos, mis amigos, mis ligues. Como para ahorcarse o volver a empezar. Bueno, como lo mío es mamar, volví a empezar. En eso recibí un correo de un amigo que en medio de esta tragedia había encontrado un sitio, que aunque no es muy popular, funcionaba, se trata de manwithmen. De inmediato y con desespero lo busqué, me di de alta, es totalmente gratuito y me puse a buscar algún ligue, pero una vez en la vida, ocurre algo extraordinario, vi unas fotos que no me despertaron mucho entusiasmo, pero el tío cumple con mis requisitos de estar a menos de 30 minutos de mi casa (caminando) , que le gustaría ser mamado y sobre todo con su foto de polla en el perfil. Pero a veces, cuando uno piensa que es no, resulta que es sí. Voy al encuentro con la idea de pasar un buen rato y nada más. Y de pronto me quedo sorprendido, el tío en la vida real es mucho más espectacular a mi gusto que el de las fotos. Siento unas cosquillas en el vientre y me entra el deseo por irle arriba y pasarle mi lengua por toda su piel. Deseo comérmelo entero. Pues un día, hace algunos años, esto me pasó en Sevilla con un tío de Huelva. Fue tal la sorpresa que me llevé al conocer a Ignacio en persona cuando lo vi en el salón de su casa, no pude contenerme y rápido le lancé una pregunta: ¿Pensaba que no eras velludo, como en las fotos? Ignacio se sonrió y me dijo: Es que me tuve que afeitar pues un cabrón me pegó unas ladillas que no había manera de soportarlas. Y de inmediato me preguntó: ¿Qué, no te gustan los hombres velludos? Mi respuesta fue: Todo lo contrario, me encantan los hombres velludos y sobre todo como tú, que te empiezan en el mismo cuello, te cubren el pecho y bajan hacia el mismo vientre hasta el ombligo. No lo he visto aún, pero me imagino que se van a unir a los vellos que custodian tu polla. Vamos, que se me hace la boca agua por empezar a darte lengua y sacarte hasta la última gota de leche de tus santos cojones. Mientras yo le decía esto, él se quitaba la toalla que tenía en su cintura y dejaba que observara su tremenda polla. bajaComo mi perfil estaba bien claro, pues es El Mamador, pronto Ignacio se convirtió en un Mamado al que apliqué todo mi Arte de Mamar. Sentía lujuria por empezar, pero me contuve y me propuse desesperarlo hasta hacerlo estallar. Me acerqué a su polla y la olí, tenía ese delicioso olor que desprende el macho ibérico, continué oliéndolo hasta llegar a sus mismos huevos y se los besé. En ese momento observé como su polla se empalmaba. Por eso continué lamiéndole los huevos. No escatimé saliva para dejárselos totalmente mojados y de pronto lo sorprendí, cuando succioné uno dentro de mi boca. Temió que lo fuera a lastimar, pero como ya les dije, yo estas cosas las hago con arte. Luego me dirigí al otro testículo y corrió la misma suerte. Su polla empalmada se balanceaba como en busca de que la lamieran y entonces empecé a lamerle el rabo desde el mismo comienzo, sin apuro, poco a poco. Pude observar como de la cabeza de su polla brotaba las primeras gotas de líquido preseminal, como los músculos de su vientre se estremecían, por eso me acerqué a la cabeza de su polla y le dí una chupada lenta y profunda, me sirvió para saborear su líquido preseminal, estaba desesperado por mamarlo con lujuria, pero me contuve y suavemente abandoné la cabeza de su polla escuchando sus exclamaciones de placer. Le propuse irnos a la habitación, nos desnudamos y nos metimos en la cama. De nuevo comencé a lamerle los huevos, se los succionaba y después continuaba dándole lengua por todo el vientre y pasaba de su polla. Le di lengua a su ombligo, mientras el suspiraba de placer, por eso sin mucho preámbulo le volvía a succionar suavemente la cabeza de la polla y se la solté, él pensó que el castigo iba a continuar, pero de nuevo le volvía a succionar la cabeza de la polla un par de veces más y continué dándole lengua a su pecho velludo. Mi lujuria por aquel macho era difícil de controlar, pero seguí excitándolo deliberadamente, con mis manos acariciaba su pecho velludo, mientras me acercaba de nuevo a su miembro para olerlo. Hizo un movimiento con su polla y de inmediato le di una chupada. Ignacio entendió la contraseña, movía a su polla de forma pendular y yo le regalaba otra chupada. Ese juego continuó un par de minutos, el me pedía por favor que se la siguiera chupando, pero yo seguía con mi ritmo de desespero. El no pudo contenerse más y cuando fui a darle otra chupada, con sus manos aguantó mi cabeza, no podía sacarme su polla de la boca y por eso no me contuve más y di riendas sueltas a mi lujuria y comencé a mamar como un bendito. Lo mamaba con lujuria intensa, lo que el aprovechó para con sus manos provocar que su tremenda polla entrara completa en mi boca, la cabeza me chocaba contra las amígdalas, me provocaba arqueadas, pero a él eso le sudaba los cojones, me salían lágrimas, pero sus manos continuaban sujetando mi cabeza como si me estuviera follando por la boca. Ahí fue cuando me dijo eso de que una mamada no es una buena mamada sin unas buenas arqueadas. Sus manos soltaron mi cabeza, pero yo seguí mamando con la misma avidez. Estaba al borde de eyacular, sentía como sus músculos se contraían, por lo que puse mis manos de forma que lo sujetaban, cuando sentí los primeros chorros de leche caliente que chocaban contra mi garganta, mientras él me decía: Traga, coño traga, que me has sacado toda la leche de mis huevos. Sentía sus exclamaciones de placer, cuando vi que había terminado su eyaculación le solté suavemente la polla, pero me mantuve abrazado a él. Por eso cuando le volvía a dar otra chupada, él no lo esperaba, tenía la polla muy sensible, pues se había acabado de correr y todo su cuerpo se estremeció. Le volví a soltar la polla y en un par de segundo se la volví a chupar y de nuevo se volvió a estremecer. Ignacio me suplicaba que parara, pero yo seguía en mis trece, le dije que aún le quedaban algunas gotas y que su leche era muy sabrosa. Repetí, mis chupadas finales un par de veces y lo dejé entrar en la relajación que viene tras una soberana corrida. Cuando, se recuperó solo me dijo: me has matado. Le pregunté si le había gustado y me dijo: he tenido muy poco tiempo para poder tener una buena opinión sobre esta mamada, por lo que es necesario que me la repitas varias veces, para poder decir si haces o no una buena mamada.  
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